REFORMA
MIGRATORIA: ¿QUE PERSIGUEN LOS TRABAJADORES?
David Bacon: En 1986, la American Federation of Labor and Congress of Industrial Organizations (AFL-CIO) apoyó la Immigration Reform and Control Act. Esta contenía una amnistía que le daba a cerca de cuatro millones de personas el estatuto legal, pero también contenía un sección, llamada “sanciones a empleadores,” la cual planteaba que los empleadores no podrían contratar personas que no tuvieran “papeles.” Por lo tanto, para quienes no tienen papeles, trabajar se vuelve ilegal. Las comunidades de inmigrantes y los activistas por los derechos de los inmigrantes se opusieron a esa ley, sin embargo la AFL-CIO la apoyó. Su argumento era que si las personas no podía trabajar, entonces regresarían a sus casas o no migrarían. Fue un argumento del tipo “nosotros vs ellos”. En otras palabras, plantea que el movimiento trabajador y los empleos pertenecen a los ciudadanos de este país, y los inmigrantes no deberían estar aquí. Posteriormente, los activistas por los derechos de los inmigrantes respondieron y se organizaron en contra de esa posición e intentaron unir a los sindicatos para rechazar las sanciones a empleadores. Conforme la demografía de la fuerza de trabajo cambió, y conforme los sindicatos se interesaron más en organizar a los trabajadores no sindicalizados, tuvimos la oportunidad de ganar batalla tras batalla dentro de los sindicatos para rechazar las sanciones a los empleadores. Eso significó decirles a los empleadores que si tú intentabas despedir alguien por no tener autorización, entonces pelearíamos contra ti. Dentro de la AFL-CIO, los primeros sindicatos que ganamos, fueron los sindicatos de la industria del vestido, y después el Service Employees International Union (SEIU). Esto fue durante el periodo de creciente actividad de movimiento justicia por los trabajadores de la limpieza (Justice for Janitors). Los empleadores utilizaban las sanciones a empleados en contra de aquellos trabajadores que intentaban organizarse. Ganamos la batalla en SEIU mostrando que las sanciones a los empleados se habían convertido en un arma en contra del sindicato en su esfuerzo por organizar a los trabajadores. John Sweeney fue elegido presidente de la AFL-CIO en 1995 bajo la premisa de que podría colocar la organización de los trabajadores no organizados en el centro de la agenda. Por lo tanto, argumentamos que si estabamos verdaderamente dispuestos a organizar a los trabajadores, entonces debíamos oponernos a las sanciones a los empleados, porque estas iban a ser utilizadas en contra nuestra en cualquier momento que trataramos de organizarnos. Esto fue demostrado en varias ocasiones. Las sanciones fueron utilizadas contra los Teamsters cuando trataron de organizar a los trabajadores de la manzana en el estado de Washington; fueron usadas en contra de los trabajadores de limpieza en el Silicon Valley, y fueron usadas en contra de los trabajadores del vestido en Nueva York. Tuvimos
una organización en el norte de California, llamada Labor Immigrant
Organizers Network, que redactó una resolución en 1998 y
comenzó a circularla entre los sindicatos y los consejos del trabajo
en todo el país, haciendo un llamado por cuatro puntos: rechazar
las sanciones a empleados; legalizar a la gente sin papeles; proteger
el derecho de los trabajadores a organizarse, incluyendo a los trabajadores
indocumentados; y reunificar a las familias. No incluimos los programas
de trabajadores temporales en esa resolución porque la AFL-CIO
ya se oponía en ese entonces a los programas de trabajadores temporales.
DB: La principal pregunta después de la convención fue cómo obtener una reforma migratoria a través del Congreso. Algunos sindicatos que se separaron para formar la federación Change to Win (CTW), adoptaron de manera general una postura en donde la única forma de obtener una legalización se basa construyendo una alianza con los empleadores. Y los empleadores quieren trabajadores temporales. Así que si les damos trabajadores temporales y aceptamos que continué el reforzamiento a las sanciones a los empleadores, tal vez obtendremos a cambio una amnistía. Y
esa fue la arquitectura para la “reforma migratoria integral”
que vimos en el Congreso durante los últimos años: grandes
programas de trabajadores temporales, incremento en el reforzamiento a
las sanciones a los empleadores y algún grado de legalización.
Sin embargo las propuestas de legalización fueron más en
favor de las corporaciones: proponían cosas como períodos
de espera de 18 años para regularizar el estatus migratorio, pero
podrían inmunizar a los empleadores de cualquier castigo. En otras
palabras, podrían garantizar la fuerza de trabajo existente mientras
que al mismo tiempo los programas de trabajadores temporales continuarían
creciendo y funcionando. Inclusive
hubo un planteamiento más adecuado en una carta que Sweeney y Ken Así que aquí vemos la conexión que existe entre política migratoria y política comercial. No podemos apoyar un acuerdo de libre comercio con Colombia si va a llevar al desplazamiento de millones de colombianos, lo cual sucederá. Lo mismo puedo decir en el caso de Panamá y Perú. Todos estos acuerdos comerciales y el modelo económico del cual forman parte están desplazando a millones de personas. Por lo tanto, tenemos que oponernos no sólo a los acuerdo comerciales, sino plantear una nueva relación económica con los otros países. Esto es algo bastante profundo, y va a necesitar de mucho esfuerzo para llevar al movimiento trabajador a comprometerse con este planteamiento. Porque lo que realmente estamos planteando, es que demandamos un cambio fundamental en la política exterior, económica, y militar de este país. Esto nos llevará a una confrontación con el gobierno de Obama.
DB: Representa un cremiento básico en nuestra comprensión de la realidad por parte del movimiento trabajador y los trabajadores. El TLCAN nos educó con algunos costos muy dolorosos. Nos enseñó no sólo que las corporaciones estarían más que deseosas por despojarnos de nuestros empleos y llevárselos a México, sino que esos mismos acuerdos comerciales no eran tampoco buenos para países como México. Estos acuerdos empobrecieron a la población, eliminaron sus empleos, destruyeron sus contratos colectivos, permitieron la venta de productos agrícolas en sus mercados por debajo de sus costos de producción y de forma que los agricultores no pueden sobrevivir. Todas estas cosas producen la migración. En otras palabras, los trabajadores en este país y los trabajadores de esos países, México específicamente, tienen un interes común en oponerse a esos acuerdos. Esto
es un importante descubrimiento para nosotros. Aquí en Estados
Unidos, estamos en el mismo lado. Tenemos el mismo problema que aquellos
mexicanos que están cruzando la frontera de Estados Unidos. Por
lo tanto, si es cierto que la razón por la cual la gente está
migrando a Estados Unidos es el TLCAN y las injustas políticas
económicas y comerciales, entonces tenemos que asegurarnos que
esta gente, tan pronto como se integre en nuestra fuerza de trabajo, tenga
los mismos derechos que nosotros. Ellos no son cualquier persona, ellos
somos nosotros. Entonces, la pregunta es, ¿el resto de esta declaración
se ajusta a esta norma? ¿es consistente con ella? No lo es.
DB: La amnistía es importante, pero no va a eliminar el efecto del sistema de autorización a los trabajadores, porque la gente continuará viniendo mientras esta desigualdad económica exista. Ellos estarán en nuestras juntas de organización, serán miembros de nuestros sindicatos. Por lo tanto, la verdadera pregunta es ¿vamos a defender a nuestras hermanas y hermanos que no tienen autorización para trabajar? Tuvimos un buen ejemplo en Overhill Farms en Los Angeles. El 31 de mayo, la gerencia despidió a 254 personas porque no contaban con números de seguridad social. Estas personas pertetnencen al local 770 de la United Food and Commercial Workers (UFCW). ¿Qué es lo que va a hacer el sindicato? Si el sindicato estaba siguiendo el protocolo de la posición de la AFL-CIO-CTW podría haber dicho: “Está bien, ustedes no tienen autorización para trabajar; por lo que creo que no deberían de estar aquí.” Ese razonamieto reventaria al sindicato. ¿Cómo puedes tener un sindicato en el que 254 de tus 800 miembros son despedidos y tú no los defiendes? LN: Una parte de la plataforma llama por una comisión independiente que determine el número de trabajadores extranjeros autorizados para trabajar. Supongo que quienes diseñaron esta plataforma podrían argumentar: “Habrá abundantes visas de trabajo y la gente podrá venir legalmente.” DB:
Este es el corazón de la propuesta de los empleadores. Los empleadores
han propuesto desde hace mucho tiempo un programa de trabajadores huéspedes.
Pero actualmente tenemos un 10 por ciento de desempleo. Por lo tanto,
las propuestas para permitir a los empleadores reclutar 400, 000 o 500,
000 trabajadores al año bajo el programa de visas de trabajo temporales
y traerlos a Estados Unidos no son políticamente realistas. El
Congreso no las aprobará. Entonces la propuesta patea la pelota
en el camino: si en el futuro, los empleadores quieren reclamar que existe
escasez de trabajadores, pueden ir a una comisión y si la comisión
acepta, entonces ésta les permitirá traer gente con visas
temporales de trabajo. Sin emabrgo hay muchas cosas incorrectas con las
visas de trabajo. Primero, la gente es reclutada por empleadores. Esto
significa un corrupto sistema de reclutamiento en los países de
donde viene la gente. La gente tiene que pagar a alguien a fin de obtener
visas. Los trabajadores en el astillero de Pascagoula, Misssissipi, pagaron
$20, 0000 cada uno por las visas que les permitieron ingresar a Estados
Unidos. La gente ha hipotecado todo lo que tiene su familia con tal de
enviar a alguno de sus familiares aquí. Si
crees que deben haber derechos totales para los trabajadores inmigrantes,
entonces no puedes apoyar las visas de trabajo o los programas de trabajadores
temporales. Si hay trabajo para 400, 000 personas al año en Estados
Unidos, ¿por qué no dar a la gente visas de residente en
lugar de visas de trabajo?
DB: La AFL-CIO aceptó una postura que es mucho más cercana a Change to Win, específicamente al SEIU. Así que se puede decir que este es el precio de la unidad. Pero el razonamiento detrás de esta postura esgrimido por los grupos de presión de los sindicatos, es que se trata unicamente de realismo político. Plantea que no seremos capaces de obtener ningún tipo de reforma migratoria sin el apoyo de los empleadores, y los empleadores no van a apoyar ninguna propuesta de reforma migratoria que no incluya los trabajadores temporales. Por lo tanto este es un paso para derrotar está lógica. Y la respuesta a esto, es que sólo vamos a ser capaces de obtener, aquello por lo que seamos capaces y estemos dispuestos a pelear. Y tenemos que pelear por lo que realmente queremos, no por lo que nosotros creemos que los empleadores nos van a dar. Cuando vamos a negociar un contrato colectivo, no comenzamos ofreciendo a los empleadores aquello con lo que creemos que van a estar de acuerdo. Pelamos por lo que necesitamos. Eso es exactamente lo mismo aquí si es que queremos obtener una reforma migratoria basada en los derechos humanos. LN: Mi impresión es que como consecuencia de la crisis económica, es un momento difícil para hablar de inmigración entre los sindicalistas nacidos en Estados Unidos. ¿Cómo puede el movimiento trabajador negociar con ellos? DB:
No podemos ganar el derecho de la gente indocumentada a trabajar, sin
plantear que todas las personas en este país necesitan tener un
empleo. Porque la forma mediante la cual nos derrotan es diciendo que
no hay suficientes empleos. ¿Por qué alguien que viene de
México, que cruzó la frontera sin visa puede tener un empleo
y yo no puedo obtener uno? Para nosotros, la respuesta a la competencia
por los empleos, no es pelar por las migajas. Hoy,
la respuesta es obligar al gobierno federal a garantizar el derecho de
todos los trabajadores a contar con un trabajo –y luchar en contra
de medidas como la bancarrota de General Motors que está llevando
al desempleo de miles de trabajadores. Los trabajadores indocumentados
no se robaron los empleos de las 14 plantas que General Motors cerrará.
General Motors tomó esos empleos con el consentimiento del gobierno
de Obama. Si
peleamos por programas de empleo al mismo tiempo que peleamos por el estatuto
legal y los derechos de los trabajadores inmigrantes, podemos obtener
un programa del cual los trabajadores Afroamericanos y los inmigrantes
latinos y asiáticos se pueden beneficiar.
DB:
Tenemos que buscar una política migratoria racional que refleje
lo que actualmente está sucediendo. En Los Angeles, 254 personas
fueron despedidas de Overhill Farms y los trabajadores dicen que han sido
remplazados por trabajadores de medio tiempo y sin beneficios. Para nosotros,
no tiene ningún sentido contar con una política que permita
a los empleadores hacer esto e ir al Congreso a presionar por una ley
que dice que queremos “un mecanismo seguro y efectivo de autorización
del trabajo.” ¡Estamos cabildeando por las mismas cosas que
son utilizadas en nuestra contra!
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