David Bacon Stories & Photographs

En Español

 

REFORMA MIGRATORIA: ¿QUE PERSIGUEN LOS TRABAJADORES?
Entrevista de David Bacon por Tiffany Ten Eyck, Labor Notes*
Huellas Mexicanas, 1/10


Labor Notes: ¿Por qué es necesaria una postura unificada precisamente ahora? ¿Cuál ha sido el desacuerdo entre las federaciones y los sindicatos en el pasado?

David Bacon: En 1986, la American Federation of Labor and Congress of Industrial Organizations (AFL-CIO) apoyó la Immigration Reform and Control Act. Esta contenía una amnistía que le daba a cerca de cuatro millones de personas el estatuto legal, pero también contenía un sección, llamada “sanciones a empleadores,” la cual planteaba que los empleadores no podrían contratar personas que no tuvieran “papeles.” Por lo tanto, para quienes no tienen papeles, trabajar se vuelve ilegal. Las comunidades de inmigrantes y los activistas por los derechos de los inmigrantes se opusieron a esa ley, sin embargo la AFL-CIO la apoyó. Su argumento era que si las personas no podía trabajar, entonces regresarían a sus casas o no migrarían. Fue un argumento del tipo “nosotros vs ellos”. En otras palabras, plantea que el movimiento trabajador y los empleos pertenecen a los ciudadanos de este país, y los inmigrantes no deberían estar aquí. Posteriormente, los activistas por los derechos de los inmigrantes respondieron y se organizaron en contra de esa posición e intentaron unir a los sindicatos para rechazar las sanciones a empleadores. Conforme la demografía de la fuerza de trabajo cambió, y conforme los sindicatos se interesaron más en organizar a los trabajadores no sindicalizados, tuvimos la oportunidad de ganar batalla tras batalla dentro de los sindicatos para rechazar las sanciones a los empleadores. Eso significó decirles a los empleadores que si tú intentabas despedir alguien por no tener autorización, entonces pelearíamos contra ti.

Dentro de la AFL-CIO, los primeros sindicatos que ganamos, fueron los sindicatos de la industria del vestido, y después el Service Employees International Union (SEIU). Esto fue durante el periodo de creciente actividad de movimiento justicia por los trabajadores de la limpieza (Justice for Janitors). Los empleadores utilizaban las sanciones a empleados en contra de aquellos trabajadores que intentaban organizarse. Ganamos la batalla en SEIU mostrando que las sanciones a los empleados se habían convertido en un arma en contra del sindicato en su esfuerzo por organizar a los trabajadores. John Sweeney fue elegido presidente de la AFL-CIO en 1995 bajo la premisa de que podría colocar la organización de los trabajadores no organizados en el centro de la agenda. Por lo tanto, argumentamos que si estabamos verdaderamente dispuestos a organizar a los trabajadores, entonces debíamos oponernos a las sanciones a los empleados, porque estas iban a ser utilizadas en contra nuestra en cualquier momento que trataramos de organizarnos. Esto fue demostrado en varias ocasiones. Las sanciones fueron utilizadas contra los Teamsters cuando trataron de organizar a los trabajadores de la manzana en el estado de Washington; fueron usadas en contra de los trabajadores de limpieza en el Silicon Valley, y fueron usadas en contra de los trabajadores del vestido en Nueva York.

Tuvimos una organización en el norte de California, llamada Labor Immigrant Organizers Network, que redactó una resolución en 1998 y comenzó a circularla entre los sindicatos y los consejos del trabajo en todo el país, haciendo un llamado por cuatro puntos: rechazar las sanciones a empleados; legalizar a la gente sin papeles; proteger el derecho de los trabajadores a organizarse, incluyendo a los trabajadores indocumentados; y reunificar a las familias. No incluimos los programas de trabajadores temporales en esa resolución porque la AFL-CIO ya se oponía en ese entonces a los programas de trabajadores temporales.

Esa resolución prendió fuego y al llegar a la convención de la AFL-CIO en Los Angeles, ya habíamos tenido muchos consejos del trabajo en todo el país con la resolución firmada y muchos sindicatos internacionales se habían preparado para exigir un cambio en esa postura. La reunión del consejo ejecutivo, un par de meses duespués, adoptó una nueva postura respaldando todos los puntos en nuestra resolución. Ese fue un cambio para el movimiento trabajador, porque se planteó que “nuestro movimiento pertenecía a todos los trabajadores, no sólo a algunos y que tenemos que pelear por obtener el estatus legal para todos. Tenemos que oponernos a las leyes que criminalizan el trabajo.” Fue el punto más alto que alcanzó el movimiento.


LN: ¿Qué llevó a los principales sindicatos y federaciones a oponerse a la reforma migratoria en los siguiente años?

DB: La principal pregunta después de la convención fue cómo obtener una reforma migratoria a través del Congreso. Algunos sindicatos que se separaron para formar la federación Change to Win (CTW), adoptaron de manera general una postura en donde la única forma de obtener una legalización se basa construyendo una alianza con los empleadores. Y los empleadores quieren trabajadores temporales. Así que si les damos trabajadores temporales y aceptamos que continué el reforzamiento a las sanciones a los empleadores, tal vez obtendremos a cambio una amnistía.

Y esa fue la arquitectura para la “reforma migratoria integral” que vimos en el Congreso durante los últimos años: grandes programas de trabajadores temporales, incremento en el reforzamiento a las sanciones a los empleadores y algún grado de legalización. Sin embargo las propuestas de legalización fueron más en favor de las corporaciones: proponían cosas como períodos de espera de 18 años para regularizar el estatus migratorio, pero podrían inmunizar a los empleadores de cualquier castigo. En otras palabras, podrían garantizar la fuerza de trabajo existente mientras que al mismo tiempo los programas de trabajadores temporales continuarían creciendo y funcionando.

Así que en los últimos años, teníamos al movimiento trabajador dividido en torno a la reforma migratoria, con la AFL-CIO continuando con el apoyo a la posición que ganamos en 1999 y SEIU, UNITE HERE, y algunos otros sindicatos agrupados en la CTW, cambiando de posturas y apoyando, en cambio, la reforma migratoria integral. ¡Lo irónico, es que estos últimos, son los sindicatos que más pelearon en 1999 por rechazar las sanciones! Por lo tanto, la nueva postura conjunta entre la AFL-CIO y la CTW es un esfuerzo por superar esa division. Creo que es un esfuerzo por unir a la CTW y la AFL-CIO, punto. Si lo puedes hacer en el caso de la reforma migratoria, entonces puedes hacer mucho en otros temas, porque este fue uno de los lugares en donde hubo más conflicto entre la CTW y la AFL-CIO. Una postura conjunta en la reforma migratoria es una buena idea si es una buena postura. No es una buena idea, si no es una buena postura. Debemos echar un vistazo a lo que dice.

Hay una sección de esta postura que es valiosa para que el movimiento trabajador se mantuviera. Plantea que: “una solución a largo plazo para la migración no controlada es apoyar la integración económica, la cual eliminará las enormes desigualdades económicas. Gran parte de la migración de México en los años recientes fue el producto de la disrupción causada por el Tratado de Libre Comercio para América del Norte (TLCAN), el cual desplazó millones de mexicanos del sector agrícola de subsistencia y de las empresas que no pudieron competir en el mercado global. Por lo tanto, un componente esencial en una solución a largo plazo es un modelo de libre comercio y globalización que eleve el nivel de vida de todos los trabajadores, promueva la creación de sindicatos libres en todo el mundo, asegure el cumplimiento de los derechos laborales y garantice la protección laboral para todos los trabajadores.”

Inclusive hubo un planteamiento más adecuado en una carta que Sweeney y Ken
Georgetti, del Congreso Canandiense del Trabajo (Canadian Labour Congress), enviaron a Obama con relación al TLCAN. Ellos hablaron acerca del desplazamiento de las personas que el TLCAN provocó al incrementar la pobreza.

Así que aquí vemos la conexión que existe entre política migratoria y política comercial. No podemos apoyar un acuerdo de libre comercio con Colombia si va a llevar al desplazamiento de millones de colombianos, lo cual sucederá. Lo mismo puedo decir en el caso de Panamá y Perú. Todos estos acuerdos comerciales y el modelo económico del cual forman parte están desplazando a millones de personas. Por lo tanto, tenemos que oponernos no sólo a los acuerdo comerciales, sino plantear una nueva relación económica con los otros países. Esto es algo bastante profundo, y va a necesitar de mucho esfuerzo para llevar al movimiento trabajador a comprometerse con este planteamiento. Porque lo que realmente estamos planteando, es que demandamos un cambio fundamental en la política exterior, económica, y militar de este país. Esto nos llevará a una confrontación con el gobierno de Obama.


LN: Es grandioso en el papel, pero ¿cómo lo hacemos realidad?

DB: Representa un cremiento básico en nuestra comprensión de la realidad por parte del movimiento trabajador y los trabajadores. El TLCAN nos educó con algunos costos muy dolorosos. Nos enseñó no sólo que las corporaciones estarían más que deseosas por despojarnos de nuestros empleos y llevárselos a México, sino que esos mismos acuerdos comerciales no eran tampoco buenos para países como México.

Estos acuerdos empobrecieron a la población, eliminaron sus empleos, destruyeron sus contratos colectivos, permitieron la venta de productos agrícolas en sus mercados por debajo de sus costos de producción y de forma que los agricultores no pueden sobrevivir. Todas estas cosas producen la migración. En otras palabras, los trabajadores en este país y los trabajadores de esos países, México específicamente, tienen un interes común en oponerse a esos acuerdos.

Esto es un importante descubrimiento para nosotros. Aquí en Estados Unidos, estamos en el mismo lado. Tenemos el mismo problema que aquellos mexicanos que están cruzando la frontera de Estados Unidos. Por lo tanto, si es cierto que la razón por la cual la gente está migrando a Estados Unidos es el TLCAN y las injustas políticas económicas y comerciales, entonces tenemos que asegurarnos que esta gente, tan pronto como se integre en nuestra fuerza de trabajo, tenga los mismos derechos que nosotros. Ellos no son cualquier persona, ellos somos nosotros. Entonces, la pregunta es, ¿el resto de esta declaración se ajusta a esta norma? ¿es consistente con ella? No lo es.
Plantea que a aquellas personas que son desplazadas y vienen a este país sin papeles no se les debe permitir trabajar. De hecho, deben regresar a casa.
Cuando tu planteas que debe existir un “mecanismo efectivo y seguro de autorización de los trabajadores”, lo que dices en realidad es que los empleadores no deben contratar trabajadores indocumentados, y si la gente ya se encuentra dentro de la fuerza laboral, entonces deben irse.


LN: Esto nos lleva al tema de la amnistía. ¿Esta plataforma ofrece la posibilidad de un ajuste en el estatus migratorio de los actuales trabajadores indocumentados.

DB: La amnistía es importante, pero no va a eliminar el efecto del sistema de autorización a los trabajadores, porque la gente continuará viniendo mientras esta desigualdad económica exista. Ellos estarán en nuestras juntas de organización, serán miembros de nuestros sindicatos. Por lo tanto, la verdadera pregunta es ¿vamos a defender a nuestras hermanas y hermanos que no tienen autorización para trabajar?

Tuvimos un buen ejemplo en Overhill Farms en Los Angeles. El 31 de mayo, la gerencia despidió a 254 personas porque no contaban con números de seguridad social. Estas personas pertetnencen al local 770 de la United Food and Commercial Workers (UFCW). ¿Qué es lo que va a hacer el sindicato? Si el sindicato estaba siguiendo el protocolo de la posición de la AFL-CIO-CTW podría haber dicho: “Está bien, ustedes no tienen autorización para trabajar; por lo que creo que no deberían de estar aquí.” Ese razonamieto reventaria al sindicato. ¿Cómo puedes tener un sindicato en el que 254 de tus 800 miembros son despedidos y tú no los defiendes?

LN: Una parte de la plataforma llama por una comisión independiente que determine el número de trabajadores extranjeros autorizados para trabajar. Supongo que quienes diseñaron esta plataforma podrían argumentar: “Habrá abundantes visas de trabajo y la gente podrá venir legalmente.”

DB: Este es el corazón de la propuesta de los empleadores. Los empleadores han propuesto desde hace mucho tiempo un programa de trabajadores huéspedes. Pero actualmente tenemos un 10 por ciento de desempleo. Por lo tanto, las propuestas para permitir a los empleadores reclutar 400, 000 o 500, 000 trabajadores al año bajo el programa de visas de trabajo temporales y traerlos a Estados Unidos no son políticamente realistas. El Congreso no las aprobará. Entonces la propuesta patea la pelota en el camino: si en el futuro, los empleadores quieren reclamar que existe escasez de trabajadores, pueden ir a una comisión y si la comisión acepta, entonces ésta les permitirá traer gente con visas temporales de trabajo. Sin emabrgo hay muchas cosas incorrectas con las visas de trabajo. Primero, la gente es reclutada por empleadores. Esto significa un corrupto sistema de reclutamiento en los países de donde viene la gente. La gente tiene que pagar a alguien a fin de obtener visas. Los trabajadores en el astillero de Pascagoula, Misssissipi, pagaron $20, 0000 cada uno por las visas que les permitieron ingresar a Estados Unidos. La gente ha hipotecado todo lo que tiene su familia con tal de enviar a alguno de sus familiares aquí.

El otro gran problema es que todas estas son visas que sólo te perimiten permanecer en Estados Unidos si estás empleado. Si estás pensando en sindicalizarte o quieres protestar por salarios no pagados y tu empleador te despide, entonces eres deportable. Por lo tanto, la gente no es libre en este estatus. Estas no son visas que lleven a la residencia permanente o a la ciudadanía, no conceden derechos políticos. Estas personas nunca podrán votar o recibir beneficios sociales. No son social y políticamente iguales a las personas que viven en sus comunidades. Esto es lo que quieren los empleadores, porque esta es la forma de forzar a la gente a trabajar por un bajo salario.

Si crees que deben haber derechos totales para los trabajadores inmigrantes, entonces no puedes apoyar las visas de trabajo o los programas de trabajadores temporales. Si hay trabajo para 400, 000 personas al año en Estados Unidos, ¿por qué no dar a la gente visas de residente en lugar de visas de trabajo?
Además de eso: ¿Qué se supone que debe hacer un buen sindicato si hay escasez de trabajadores? Si un empleador está pasando por un mal momento para encontrar trabajadores, ¿qué es lo que haces? Haces una huelga. La usas como un instrumento para forzar un aumento de salarios. Entonces ¿por qué estamos siendo malos sindicalistas?


LN: ¿Por qué la AFL-CIO suavizó su postura en contra del programa de trabajadores temporales?

DB: La AFL-CIO aceptó una postura que es mucho más cercana a Change to Win, específicamente al SEIU. Así que se puede decir que este es el precio de la unidad. Pero el razonamiento detrás de esta postura esgrimido por los grupos de presión de los sindicatos, es que se trata unicamente de realismo político. Plantea que no seremos capaces de obtener ningún tipo de reforma migratoria sin el apoyo de los empleadores, y los empleadores no van a apoyar ninguna propuesta de reforma migratoria que no incluya los trabajadores temporales. Por lo tanto este es un paso para derrotar está lógica.

Y la respuesta a esto, es que sólo vamos a ser capaces de obtener, aquello por lo que seamos capaces y estemos dispuestos a pelear. Y tenemos que pelear por lo que realmente queremos, no por lo que nosotros creemos que los empleadores nos van a dar. Cuando vamos a negociar un contrato colectivo, no comenzamos ofreciendo a los empleadores aquello con lo que creemos que van a estar de acuerdo. Pelamos por lo que necesitamos. Eso es exactamente lo mismo aquí si es que queremos obtener una reforma migratoria basada en los derechos humanos.

LN: Mi impresión es que como consecuencia de la crisis económica, es un momento difícil para hablar de inmigración entre los sindicalistas nacidos en Estados Unidos. ¿Cómo puede el movimiento trabajador negociar con ellos?

DB: No podemos ganar el derecho de la gente indocumentada a trabajar, sin plantear que todas las personas en este país necesitan tener un empleo. Porque la forma mediante la cual nos derrotan es diciendo que no hay suficientes empleos. ¿Por qué alguien que viene de México, que cruzó la frontera sin visa puede tener un empleo y yo no puedo obtener uno? Para nosotros, la respuesta a la competencia por los empleos, no es pelar por las migajas.
Nuestra respuesta al cierre de plantas durante la crisis de 1980, cuando los empleadores dijeron: “tenemos el derecho de cerrar las plantas y de determinar si hay o no empleos,” fue: “no, nosotros tenemos el derecho a un empleo. Y si el sector privado no está dispuesto o no es capaz de prover empleos, entonces el gobierno federal tiene que hacerlo.” Eso es lo que plantea el New Deal.

Hoy, la respuesta es obligar al gobierno federal a garantizar el derecho de todos los trabajadores a contar con un trabajo –y luchar en contra de medidas como la bancarrota de General Motors que está llevando al desempleo de miles de trabajadores. Los trabajadores indocumentados no se robaron los empleos de las 14 plantas que General Motors cerrará. General Motors tomó esos empleos con el consentimiento del gobierno de Obama.
La congresista Sheila Jackson Lee de Houston está planteando que hay un terreno común. Ella es la autora de una ley que propone una amnistía para la gente sin papeles y después recaudar las cuotas de aquellos trabajadores que están pagando por la normalización de su estaus migratorio y utilizarlas para crear empleos y programas de capacitación laboral en aquellas comunidades con alto desempleo.

Si peleamos por programas de empleo al mismo tiempo que peleamos por el estatuto legal y los derechos de los trabajadores inmigrantes, podemos obtener un programa del cual los trabajadores Afroamericanos y los inmigrantes latinos y asiáticos se pueden beneficiar.

Es lo mismo cuando hablamos acerca de los derechos laborales. La lección en Smithfield Foods fue que cuando el empleador e Immigration and Customs Enforcement (ICE) utilizaron las redadas en contra de los trabajadores que intentaban organizar el sindicato, todos los trabajadores en la planta sufrieron las consecuencias. No sólo los trabajadores que fueron detenidos, no sólo los inmigrantes. Los trabajadores negros en Smithfield también sufrieron las consecuencias, porque mientras que ICE y la compañía pudieron aterrorizar a la fuerza de trabajo, a su vez lograron detener los esfuerzos del sindicato para organizarse. Fue sólo cuando los trabajadores se dijeron unos a otros: “todas las personas tienen el derecho de estar en esta planta”, cuando tuvieron la fuerza suficiente para vencer finalmente a la compañía.

Pero si planteamos que no hay suficiente empleo para todos, lo cual significa que algunas personas tienen el derecho a llevar pan a la mesa y otras a sufrir hambre, entonces lo que estaremos haciendo es ayudar a nuestros empleadores a golpearnos en la cabeza.


LN: ¿De que forma los activistas influyen en los sindicatos para actuar adecuadamente respecto a la migración?

DB: Tenemos que buscar una política migratoria racional que refleje lo que actualmente está sucediendo. En Los Angeles, 254 personas fueron despedidas de Overhill Farms y los trabajadores dicen que han sido remplazados por trabajadores de medio tiempo y sin beneficios. Para nosotros, no tiene ningún sentido contar con una política que permita a los empleadores hacer esto e ir al Congreso a presionar por una ley que dice que queremos “un mecanismo seguro y efectivo de autorización del trabajo.” ¡Estamos cabildeando por las mismas cosas que son utilizadas en nuestra contra!

Necesitamos analizar lo que está sucediendo a nuestro alrededor y ver cual es la postura respecto a la migración que nos ayuda, no a nuestros empleadores. Y tenemos que buscar aquellas cosas que nos unan.


Traducción: Rodolfo A. Hernández Corchado
(Brooklyn, NY)

 

Top of Page

MEXICO | IMMIGRANTS | CULTURE | PHILIPPINES | PEACE & JUSTICE
WORKPLACE | STRIKES | PORTRAITS | FARMWORKERS | UNIONS | STUDENTS
Special Project: TRANSNATIONAL WORKING COMMUNITIES
HOME | NEWS | STORIES | PHOTOGRAPHS | LINKS

photographs and stories by David Bacon © 1990-1999

website by DigIt Designs © 1999